EL BUEN VIVIR

Monday, December 25, 2006

Autopistas gastronómicas: Madrid-Valencia

De Madrid parten todas las rutas radiales de la Península Ibérica, incluida la A-3, que, en medio de monumentales atascos, conduce a los mesetarios hacia el mar más cercano.

Ciudad de la Cibeles y la Puerta de Alcalá, el Palacio Real y la Puerta del Sol, la ruta de los Museos, la tradición y la vanguardia, Lavapiés y Chueca, es la síntesis de la despensa española y de las más diversas cocinas nacionales y extranjeras. Entre el más de centenar de restaurantes madrileños que recoge la guía, los hay de todos los colores.

Verdaderamente espléndidos son los clásicos Horcher, Zalacaín, El Bodegón, Príncipe de Viana, Las Cuatro Estaciones y O´Pazo, los renovadores La Terraza del Casino, La Broche Viridiana o Santceloni, la cocina mediterránea de El Chaflán, la cocina vasca de Goizeko Wellington. Y así sucesivamente.

De camino hacia el Levante, nos desviamos en el típico pueblo de Chinchón, para tomar uno de sus conocidos anises en el Parador de Turismo y visitar su llamativa Plaza Mayor.

Cuenca, la ciudad del Júcar y del Huécar y de las Casas Colgadas, tiene su santuario gastronómico en el Figón de Pedro (antes Figón del Huécar) y un restaurante prometedor en Banzo. El Parador de Turismo, con habitaciones que asoman a las espectaculares hoces de los ríos, merece también la visita.

Otro desvío imprescindible nos lleva a Las Pedroñeras, capital mundial del ajo morado y sede de Las Rejas, el restaurante de Manuel de la Osa, uno de los grandes cocineros de España.

En la provincia de Albacete, les sugerimos Nuestro Bar, en la capital, y el Mesón Pincelín, en Almansa. El Parador de Turismo albaceteño ocupa una quinta manchega.

Nuestra ruta finaliza en Valencia, ciudad de las Fallas, las flores y la luz, del Miguelete, de la playa de la Malvarrosa, de grandes museos como el IVAM y de la obra arquitectónica de Santiago Calatrava, la Ciudad de las Artes y las Ciencias. Para comer, las alternativas son numerosas.

La cocina renovadora tiene su sede en Ca Sento y La Sucursal-Ivam, hay un gran gallego en Rías Gallegas, Óscar Torrijos es un buen exponente de la cocina mediterránea clásica, Albacar reinvindica el recetario autóctono y Riff es el paraíso de los amantes de la cocina de fusión.

El Parador de Turismo de El Saler, tranquilo y confortable, es un buen final de ruta, aunque el viaje puede también prolongarse hasta Gandía para descubrir la cocina creativa de Arrop.

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