EL BUEN VIVIR

Tuesday, March 06, 2007

PARA IR...................Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido



Altas cumbres y verdes valles conforman una de las mejores reservas naturales alpinas
Ubicado en el Pirineo Central de Huesca, dentro de la comarca del Sobrarbe, se localiza el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, un bello conjunto montañoso con grandes altitudes y pendientes escarpadas. Tanto es así que cuenta con desniveles de 2.600 metros desde los 750 en Añisclo a los 3.335 de Monte Perdido. Su zona protegida se extiende por los términos municipales de Torla, Broto, Fanlo, Tella-Sin, Puertólas y Bielsa.

La zona fue nombrada Parque Nacional en 1918, y después ampliada en 1982 hasta las 15.608 hectáreas de superficie actual. Su territorio se inscribe dentro de la Reserva de la Biosfera Ordesa-Viñamala declarada por la UNESCO en 1997, siendo además Lugar de Importancia Comunitaria y Zona de Especial Protección para las Aves. Constituye un espléndido muestrario paisajístico del que han quedado prendado montañeros ilustres a lo largo de la historia reciente.
Crestas y valles
La orografía del parque viene determinada por la gran mole calcárea de las Tres Sorores, de la que descienden una serie de crestas montañosas y valles glaciares. De ahí derivan los diferentes valles, el más popular el de Ordesa, morada del río Arazas, aunque no hay que olvidar el Cañón de Añisclo surcado por el Bellós, las Gargantas de Escuaín atravesadas por el Yaga y el Valle de Pineta que acuna al río Cinca. Un entorno de contrastes desde la extrema aridez de sus alturas que filtran el agua por grietas y sumideros, hasta los verdes valles poblados de saltos de agua.
Su peculiar morfología viene dada por el plegamiento y elevación alpina de la era Terciaria, así como por la erosión glaciar de la era Cuaternaria. Este último proceso explica circos y valles glaciares como los de Ordesa o Pineta. En la actualidad aún se conserva un glaciar en la cara norte de Monte Perdido. El último gran proceso de transformación viene dado por la naturaleza caliza del lugar y la erosión fluvial. El agua ha esculpido cuevas, cañones y simas entre los que destacan el Cañón de Añisclo y las Gargantas de Escuaín, con circos glaciares y profundas gargantas.
Flora y vegetación

El Parque posee una gran variedad de ecosistemas, tanto de influencias atlánticas como mediterráneas, que se traduce en una flora y fauna muy rica y diversa. La flora consta de cerca de 1400 especies, de las que 82 son endemismos del Pirineo. Estas se ven favorecidas al abrigo de las grandes superficies de acantilados y paredes. En sus más de treinta picos por encima de los 3000 metros, se pueden encontrar representadas dos terceras partes de la flora alpina del Pirineo.
También destaca por sus bosques, aunque su complejidad rocosa relega la zona forestal a sólo el 21% de la superficie. Las mayores extensiones de vegetación las ocupan los pastos, testimonio de una larga historia sirviendo de alimento a las especies herbívoras. La mezcla de microclimas propicia comunidades vegetales mediterráneas en las zonas bajas y submediterráneas en las crestas calizas. En los resquicios más húmedos descansan algunas plantas de tipo cantábrico y por supuesto la vegetación de carácter alpino aflora en torno a sus cumbres. Una diversidad que tiene su mayor esplendor en pastos y prados y a un nivel más inferior, las zonas en que revisten la roca y los bosques.
En las medias alturas se alzan los bosques de hayas, abeto, pino royo, quejigos y tremolines con menor presencia de abedules, fresnos o sauces. En torno a las cimas abunda el pino negro y el sotobosque está principalmente conformado por el boj. En los pastos de altura abundan la festuca y la popular flor de nieve, emblema protegido del Parque Nacional.
Fauna

Pese a los esfuerzos de conservación, la especie emblemática del Parque Nacional era el bucardo, cabra montesa autóctona del Pirineo. Es un magnífico lugar para la observación de aves, siendo la más emblemática el quebrantahuesos. También cuenta con la presencia de otras rapaces como el águila real, carroñeras como el buitre leonado, halcones, búhos reales y en menor medida alimoches y algún ejemplar de urogallo o perdiz nival. Otras especies presentes son el sarrio o rebeco pirenaico, la marmota, jabalí y el desmán de los pirineos.

0 Comments:

Post a Comment

<< Home